-“FROM A BASEMENT ON THE HILL” – ELLIOTT SMITH. (advertencia: críticas explícitas). Yo no sé cómo fue el día en que murió Nick Drake, o el día en que murió Tim Buckley. Tampoco recuerdo bien lo de Jeff. Pero sí sé perfectamente bien cómo fue el día en que murió Elliott Smith. Yo estaba en el diario, revisando unos cables, y ahí apareció: “DECESO: El músico norteamericano…”. En el diario saben que yo odio revisar cables por ese motivo. Por si algún músico que quiero se fue para el otro lado. Antes solía soñar que veía el cable con la sobredosis de Shaun Ryder. Pero nunca pensé en Elliott Smith, a pesar de su depresión crónica y todas las pistas… Me paralicé. Me fui a la disquería de enfrente a contárselo a un amigo. “No sabés lo que pasó, se suicidó Elliott Smith…”. “Che, ¿lo damos al muerto este, es importante?”, se preguntaban en la sección. “Sí”, dije yo, disimulando lo triste que estaba. “Elliott Smith era un tipo grosso”. Yo sabía que la noticia no tenía otro destino que “una breve sin foto”. Pero igual hinché las pelotas para que saliera. Al otro día no la vi en ningún lado. Yo esperaba que sacaran algo más, pero no. Apenas unas líneas en los diarios, y después las revistas no le dieron ni pelota… Elliott Smith era un songwriter perdido. Nunca estuvo realmente de moda, ni hippeado. Era un compositor de grandes canciones, nada más. Elliott Smith no era una figura pública ni un marketinero de la muerte. Elliott Smith no era Pity Alvarez. Ese idiota nos va a terminar de enterrar a todos con esos lloriqueos por sus adicciones. Y los desafortunados que lo sobrevivan leerán páginas y páginas sobre “lo maravilloso que era su hip hop Una vela”. No es la prensa, ni la industria, ni los sellos discográficos. Es este mundo mediocrizante de mierda… Elliott Smith nos dejó este disco (pero él está muerto). Es un disco donde es imposible “pasar por alto” un tema. No son 15 canciones, son 15 “momentos”, y hay que vivir cada uno para pasar al otro. Son apenas unos minutos que ni quiero pensar cuántas horas, cuánto tiempo de vida le habrán llevado al tipo. Es un disco póstumo armado por sus familiares, nada sofisticado. Y ojalá haya más discos como éste, más canciones guardadas en la vida de Elliott Smith (pero él está muerto).
Poestado anteriormente por la autora de http://contralascuerdas.blogspot.com/.
Un blog para quedarse, creo.
Posted by NC
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