viernes, febrero 25, 2005




Guillaume Dustan y Michel Houellebecq

GD: -La gente hoy es también más linda.
MH: -No.
GD: -Sí. Durante en la época de Luis XVI, las duquesas tenían jorobas.
MH: -Es cierto. Hubo un ligero progreso. Hoy, las mujeres de 40 son más cogibles que las de los años 70. Es lento. Es una cuestión de régimen alimenticio.
GD: -Es cierto, hacemos todo lo posible para no envejecer. Tendría que haber un gran movimiento científico para mejorar las condiciones de vida de la raza humana de manera sistemática. No esta bien que haya que ir al Gymnanse Club (nombre de la más importante cadena de gimnasios de Francia) para tener un lindo cuerpo. Yo, el año pasado, tomé esteroides. Funciona. El problema es que es muy difícil de conseguir.

GD: -Para ser seropositivo desde hace diez años y seguir vivo, hay que amar la vida. Es cierto que la idea de mortalidad es insoportable. Es por eso que vamos a las discotecas y tomamos drogas. Cuando uno está bajo hipnosis, se olvida de que va a morir. Es un alivio.
Los trabajos científicos sobre las drogas fueron interrumpidos a finales de los años 60. Por eso tomamos drogas de mierda, llenas de efectos negativos. Hoy podríamos tener sustancias contra la tristeza, los dolores...
MH: -A mí, las drogas me decepcionaron bastante, quizás no tomé las adecuadas. Mi droga es la creación artística. Hacer el amor también, lo confieso. Pero no dura demasiado. Eyacular tiene algo de deprimente.
GD: -Es el fin del sueño. Es por eso que hay que drogarse. Yo practico el sexo tecnológico. Fumo caños, tomo ecstasy.
MH: -Hay momentos en que la sexualidad no me interesa para nada. Soy extremadamente ciclotímico. Es bastante misterioso. Francamente, si hubiese necesitado ir al gimnasio para tener una vida sexual, no habría aguantado quince días. El esfuerzo no me causa ningún placer. Lo que importa es tener ganas de hacer el amor. Es el aspecto moral de la sexualidad. Cuando uno le toma gusto, se termina siendo bueno. Nada reemplaza una verdadera motivación.
GD: -Hacer el amor es uno de los pocos momentos en que uno está obligado a ser uno mismo. Nos construimos, nos descubrimos. Se trata de un acto esencial de la vida humana.
MH: -Es cierto que la procreación está muy lejos de ser un sistema ideal para reproducir la humanidad. Por otro lado, he observado que les hace mucho bien a las mujeres. No vamos a privarlas de eso. Entre los primeros tres y seis meses, están muy contentas.
GD: -Largan hormonas a lo loco.
MH: -La fecundación artificial, me parece, tiene un gran futuro. Una modificación fundamental.
GD: -De todas formas, es idiota ligar procreación y sexualidad. El sexo está hecho para gozar y pasar un buen momento. Cada vez que uno coge, no nace un pibe. Y cuando se es puto, claro que no nace nunca. Ese es el gran problema.
MH: -No sé qué pensar de la fecundación asistida...
GD: -Yo estoy a favor. Estoy a favor, además, de la cirugía estética, la paja, la píldora. Me parece superevidente. Son años de vigilancia policial que están volando en pedazos. Basta de sábanas agujereadas que pican y pensar en Dios para no acabar. No queremos más ese mundo. Es un mundo que valorizaba el sufrimiento. Queremos un mundo que haga feliz a la gente.
El individualismo
MH: -Es difícil encontrar algo que una a los seres humanos entre sí. Había una expresión elemental y poderosa, los “lazos de sangre”. Mi hijo, mi padre, un lazo elemental y muy fuerte.
GD: -Hay que ir hacia algo simple y objetivo: los lazos del gusto. Las afinidades electivas, como en Goethe. Ahí llegamos. Habrá grupos de pintores, de obsesos sexuales, de escultores...
MH: -Sí, pero los gustos pasan y cansan.
GD: -Quizás, pero por lo menos somos libres. MH: -No hay que confundir libertad y placer. El individualismo es globalmente boludo. La gente se imagina que es un individuo cuando en realidad es un producto. No tiene ningún sentido hablar de un individuo que vive fuera de la sociedad. Lo que te hace humano es sobre todo lo que uno recibe de los demás.
Sueño tecno
MH: -A mí, la idea de un único sexo me resulta bastante buena. No habría diferencias. Clítoris y glandes repartidos por todo el cuerpo, como captores de placer. Sería un mundo más armonioso.
GD: -Estoy de acuerdo, pero no estoy a favor de que tengamos derecho a ambos sexos. Mejor ser hermafrodita, como los caracoles. En el siglo XXI, no sólo todas las drogas serán legalizadas, sino que además habrá clonesimágenes. Esto es capital. Los clones-imágenes tienen la apariencia de humanos, pero no lo son. Podremos aplastar gente contra la pared de la cocina sin dejar manchas.
MH: -Yo estoy absolutamente en contra del sufrimiento.
trad. Alejo Schapire
Saliò en p12 hace un tiempo.




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