APO, TENGO MIEDO NENE!

Esta es una extracto de la genial entrevista de Braceli a Apo, en la revista del diario de Mitre...

Pasó hace años: me interrumpen el trabajo en Teleonce y me indemnizan. Cobro y, por esas cosas de la vida, caigo en el hipódromo de Palermo, en la última carrera. Voy con un amigo que me implora: “¡No vayas con la guita!”. Fui con la guita. Le pedí a Sanguinetti que me dejara semblantear un poco… Había un favorito que pagaba casi nada… y en eso veo un caballo, el 12, montado por un tal Maciel. Como Aníbal “Bracito Fuerte” Etchart, Maciel era un jockey que pegaba mucho; por ahí ganaba, pero después había que ir al velorio del caballo. Brazo fuerte, mucho látigo..., los levantaba del piso a los caballos… Cuando rumbea para la pista, me encuentro con su mirada, y lo saludo por cortesía: “Cómo estamos, Maciel, ¿diez puntos?” Y él me contesta rotundo: “¡Qué 10, 100 puntos estoy!” Entendí que estaba para ganar, salí corriendo y empecé a jugar a todo, a todo, y mi amigo detrás: “¡Pará, no, toda la plata no!”… No paré… Largaron. Dan la vuelta, Maciel viene cuarto, al lado Valdivieso… entran en la recta final y empieza a pegar Maciel y avanza, tercero, segundo, ¡ay los gritos míos! Maciel meta látigo, Maciel al frente… Facón Navideño cruza el disco con dos cuerpos arriba… ¡30 con 50! ¡Tripliqué la indemnización!

Hojas del Caminante Quieto
El hombre que hace leer

Bioy Casares enseñó que uno de los más arduos corajes es el que se necesita para la confesión. Alejandro Apo, en este encuentro con Rodolfo Braceli, encarna esa actitud. Un personaje conmovedor

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LANACION.com | Revista | Domingo 23 de marzo de 2008