Montado ciento por ciento en mi mundo abstracto remonta una ola de realidad como un disparatado surfer cabalgando una estela de recuerdos.
Soy verbo... Palabra y decir en una misma milanesa... Un café napolitano mezclado con un montón de escuetas conclusiones... una verdadera quiropraxia cerebral.
Desde mi pequeño montículo de agua camuflada con pasado veo a lo lejos una playa de confusiones que me invita a recostarme en sus arenas. Me seduce con cuerpos y alguna que otra obscuridad que lo deja ver todo.
Encriptado en la ultima falange de mis dedos esta el deseo de ser incoherente, lo mas que pueda... no trato de tener sentido y mucho menos de que alguien me entienda, no quiero producir sensaciones de las que después me tenga que hacer cargo.
Escribir es lo mismo que tratar de no decir nada. Casi como mentir con guante blanco.
Tengo como tres o cuatro patinetas debajo de mis pies y estos solo piensan en correr. Hay una bola de humo sobre mi frente y la veo desvanecerse como tantas otras cosas que vi en mi vida.
La espuma de mi ola de azar borbotea alrededor mío y si existía algo que no podía comprender ahora lo colmo todo.
Pero soy feliz, mi tabla de planchar ya se parece a las suelas de mis All Stars... bastante mas desgastada que mi cabeza.
¡Tu broma... sí! ¡La tuya!... fue muy buena.
Cap. Solo
1 comentario:
No se muy bien a que quiere llegar este Capitan Solo... de repente me da un poco de hueva.
Pablo Matewinsky
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